miércoles, 15 de octubre de 2014

Tecnologias, provocación y Sade

Parece difícil de conjugar tales palabras como tecnologías, provocación y Sade, pero Sade refiriéndome al mítico marqués autor de libros que excitarían la imaginación de las generaciones posteriores.

Hablar de Sade es por lo general referirse a la prohibido, a la excitación, al deseo, el juego oscuro, y partiendo de esta idea el Musée d'Orsay ha organizado una exposición sobre Sade llamada "Sade, Attaquer du soleil".

Comisariada por Anne Le Brun (experta en Sade y famosa escritora,poetisa francesa reconocida por ser, también, reconocida conocedora del surrealismo) y Laurence des Cars (experta en pintura XIX, trabaja en el Musée Orangerie). Ambas se han encargado de esta exposición un tanto provocadora, pues trata sobre la influencia del Marqués y su pensamiento en la pintura moderna, con escenas perturbadoras, que ya desde la propia página del museo advierten de que pueda herir la sensibilidad del espectador.

Pero lo que quiero recalcar no es la provocación en sí de la propia exposición, la unión de temas y obras que se enmarque en este tema, sino la campaña de promoción de ésta.

El vídeo que ha sido elegido pretende llegar al público (¡y tanto que lo consigue!) y marcar un deseo de ver, una incógnita, como un voyeur, recordando el vídeo (desde mi perspectiva) a cuadros como "Las Oreadas" de Bouguerau o "Dante y Virgilio" del mismo"Los romanos de la decadencia" Thomas Couture, todas obras de la misma pinacoteca.

El carácter directo, impresionante llega eficazmente, pues... ¿para que sirve un vídeo de presentación de una exposición sino es para llamar al visitante? ¿para atraer más y más público a las salas? Y que mejor forma que con un video sensual y provocativo.
No es una crítica a la forma, pues en mi opinión es creativo, refleja aquello que se quiere mostrar sin tapujos y funciona, además de ser algo novedoso a la hora de que un gran museo, como es el Orsay, se atreva a publicitarse con algo más de una galería contemporánea, que usan medios más impactantes, que acaben con el clásico panfleto e imágenes idealizadas, casi ñoñas de la obra cumbre y estelar.

El museo, en esta carrera en los mass-media, lucha por colocarse entre los primeros, se centran en la llegada al público, al visitante, antes elitista y conocedor, ahora la sociedad en sí, el consumidor de cultura, de lo mediático, de la cultura de hoy y no mañana, y al consumir a tal velocidad necesita llamar la atención y así funciona. Una campaña de promoción llevada a cautivar la atención, como una gran empresa, es publicidad para los medios pura y dura, pero buena, acertada y conseguida.