viernes, 30 de enero de 2015

Templo de Santa Catalina Sevilla



Voy a hablar de restauraciones y procesos, y para ello me he encontrado con un proyecto que desconocía pero que me ha sorprendido gratamente por su forma de llevarlo y hacerlo conocer a la ciudadanía.
Es la Iglesia de Santa Catalina de Sevilla, un edificio en constante evolución, continuos añadidos, y diferentes épocas que se han ido reflejando en él.
Este templo es uno de esos raros secretos y joyas de la ciudad hispalense. Poco de él se sabía, pero cuando comenzaron las obras de restauración, allá en 2004, ha ido descubriendo su historia poco a poco, motivando continuos retrasos en su apertura.

En origen se trataba de un templo romano, que más tarde, se modifica con elementos visigodos.

Durante la Edad Media, Sevilla fue ciudad musulmana, con la consecuente transformación de la iglesia en mezquita. De este tiempo quedan vestigios en la torre-campanario, que como muchas otras iglesias del territorio, fue el minarete.

Con la conquista de la ciudad , a ese minarete se le añade un cuerpo y campana, pasando a su aspecto actual. 
Es entonces cuando sufre la mayor modificación, convirtiéndose en un ejemplo en la ciudad del gótico-mudéjar.

Posteriormente ha seguido cambiando, en 1573 se le añade una capilla funeraria, la cual se sabe la dotación por una lápida sepulcral; pero su mayor remodelación la recibe, sobre todo, entre los siglos XVII y XVIII, época dorada de la arquitectura barroca sevillana y centro cultural del mundo (no podemos olvidar que el Archivo de Indias y el ser el puerto que recibía las materias de América, hacen de la ciudad un centro de riqueza y de cultura)
Del XVII son el Retablo Mayor y la capilla del Rosario.

En 1730 se coloca la escultura de la Fe, de Pablo de Guisado.

De esa época data la Capilla Sacramental, del XVIII, por Leonardo de Figueroa en 1721, una de las construcciones más importantes del Barroco sevillano; y que Fernando Jordán soló en 1734, y que Miguel Quintero realiza el zócalo.

En el siglo XIX quiso ser demolida, pero finalmente ese proyecto decayó y fue restaurada en 1881, ya que había sido muy usada como Club Republicano con la Revolución Gloriosa de 1868 y más tarde como almacén de madera hasta 1869.

En 1930 se colocó la Portada de Santa Lucía por los arquitectos Luque y Talavera. Estos mismos arquitectos fueron los que la restauraron diez años antes.

Fue declarada Monumento Nacional en 1912 y BIC en 1985.

La restauración actual se ha ido llevando en diferentes fases, desde un exhaustivo estudio del edificio, creando un Plan Director desde el comienzo.
En el año 2005 se apuntalaron las naves, desmonte de todos los elementos muebles, así como proteger los retablos y altares. También se realizó un picado de los revestimientos de los paramentos interiores, ya que lo principal fue la ejecución de la cubierta que era lo que más preocupaba, restaurando y sustituyendo las cubiertas para proteger todo el interior.

La apertura del templo está programada para 2016.
Toda la información se puede encontrar en la página web de la propia iglesia, desde todo tipo de textos a imágenes de la restauración actual.















Fuentes:

LÓPEZ GARRIDO, María Isabel; ROMERO DORDA, Ramón. Expediente de Declaración de Bien Interés Cultural. 

Base de datos del patrimonio inmueble de Andalucía. Informe del IAPH (http://www.iglesiasantacatalina.com/img/IAPHCC.pdf)

Declaración de Monumento Nacional en 1912, en la Gaceta de Madrid.
http://www.iglesiasantacatalina.com/img/MNSC.pdf 

Informe de los arquitectos:
http://www.archisevilla.org/archivos/478.pdf

WWW.iglesiasantacatalina.com (consultado el 12-01-2015)